lunes, 7 de marzo de 2016

Dieciocho.

No dormí en toda la madrugada, sentía que estaba caminando por un camino demasiado oscuro que no sabía a donde iba a llevarme.

“Estoy por salir…”

“Mmm… Yo no puedo pegar un ojo.”

“Dale, que te quiero despierta.”

“Jajaja, tonto!”

“¿Por qué no podes dormir?”

“¿En serio preguntas?”

“Mmm… Sí.”

“Estoy nerviosa, tengo miedo. Me siento rara, no sé nada.”

“¿Te sentís presionada por mí?”

“No, no es eso. Es que me siento rara. No importa.”

“Sí, importa.”

“Prefiero que lo hablemos en persona. ¿No te parece?”

“Sí, tenes razón.”

“Que tengas un buen viaje, avisame cuando llegues…”

“Gracias, capaz no te avise y te caiga de sorpresa.”

“¡Pedro!”

“¿Qué?”

“Nada, deja… Nos vemos en algunas horas.”

“Jajajaj, bueno. Nos vemos Rastita.”


Y cada vez me reconocía menos.

Yo no era esto… ¿O sí?

-

Frené para cargar nafta y la verdad era que me sentía bastante nervioso… La extrañaba, quería verla. Necesitaba verla.

Me saqué una foto con el amanecer de fondo y se la envié. 

“En camino a la locura.”

“¿Yo sería la locura?”

“No, lo que nos pasa.”

“Mmm… Novelero.”

“No creo que nuestra relación sea normal.”

“No, en eso tenes razón…”

“¿Dormiste?”

“No, nada.”

“Dormí que me quedan algunas horas todavía.”

“Cierro los ojos y aparece el miedo.”

“No quiero que te sientas mal por mí.”

“No es por vos.”

“¿Segura? Estoy a tiempo de volver.”

“¿Vos queres venir?”

“Sí Rastita, me muero por verte.”

“Entonces vení…”

“Estoy arrancando el auto otra vez.”

“Te espero.”


No entendía demasiado nuestra relación, pero aún así me hacia sentir bien.

-

- Está viniendo para acá. –Le dije nerviosa.-
- ¿Y no queres verlo?
- No, no es eso Teo.
- ¿Y qué es?
- El miedo que tengo.
- Te lo voy a sacar a golpes ese miedo.
-Reí.- Cuanto amor eh.
- En serio boluda… Dejate ser.
- Me dejo ser siendo libre.
- El amor no te quita la libertad.
- Mmm…
- De verdad.
- Para mí sí.
- ¿Para vos la libertad es garchar con quien quieras?
- No.
- ¿Y entonces?
- Me da miedo.
- ¡Mandalo a la mierda al miedo!
- Lo decís como si fuese fácil…
- No seas pelotuda.
- Para de bardearme nene.
- Te lo digo por tu bien.
- ¿Por mi bien?
- Lo que tenes con él no es una calentura… Si lo fuese, ya lo hubieras olvidado.
- Lo sé.
- ¿Entonces?
- ¡Entonces el miedo no se va!
- Intentalo.
- ¿Qué intente qué?
- Dejar el miedo.
- No sé si puedo.
- Pensa en que vas a poder… Y vas a poder.
-Suspiré.- Es todo una mierda.
- El amor no es una mierda.
- El miedo al amor es una mierda.
- Deja que lo que pase entre ustedes… ¡Pase!
- Me siento una nena.

Mi amigo me abrazó y yo se lo agradecí.

- Dale che, te mereces alguien que te quiera y te cuide.
- Te quiero mucho boludo.
-Besó mi mejilla.- Yo también te quiero hermanita.
-Sonreí.- Gracias por bancarme.
- Siempre te voy a bancar nena.
- Sos lo mejor que me pasó desde que decidí venirme acá.
- Apa, qué halago.

Yo reí y me separé un poco de él.

- En serio Teo.
-Sonrió.- ¡Dale! ¡Arriba nena!
- ¿Y si termino hecha un trapo de piso…?
- Yo voy a estar ahí para darte un abrazo.
- La mina que te gane… Se va a llevar el cielo.
- ¿Entonces el amor es para mí y no para vos?
- No lo sé.
- Dale che… ¡En serio!

Y en ese momento sonó mi celular.

“Ya estoy cerquita de esas rastas locas.”


- Está cerca. –Le dije a Teo.-
- Entonces me voy…
- No nene.
- ¡Paula! –Se paró y me saludó.- Me voy… ¡Y no te escapes!
-Reí.- Gracias, posta.
- Nada que agradecer.

Nos abrazamos y se fue.

“¿Vas a avisarme?”

“No señorita… ¡Sorpresa!”

“¿Venís a mi casa?”

“¿Se puede?”

“Sí…”

“Entonces sí…”

No hay comentarios:

Publicar un comentario