martes, 22 de marzo de 2016

Treinta y cuatro.

- ¿Qué haces acá? –Pregunté abrazándola por la espalda.-

Ella estaba mirando por la ventana, abrazando sus piernas.

-Suspiró.- No sé…
- ¿Estás llorando?
- Un poco.
-Besé su mejilla.- Hace frío.
- Anda a la pieza por si se despierta Santi.
- Traje el baby-call. No te escapes.
- ¿Escaparme?
- Te conozco che. –Besé su cuello.-
- Me cuesta un poco acostumbrarme y me da culpa.
- A mí me pasa lo mismo… Supongo que debe ser normal.
- A veces sigo pensando que no voy a poder y odio pensar así.
- Nació hace 20 días Pau, es normal que tengas miedo… Yo también lo tengo.
- Mira si no es feliz…
- ¿Por qué pensas en esas cosas?
- No sé, sigo sintiendo que soy poca cosa.
- Mmm… Vení.

Tomé sus manos e hice que volvamos a la habitación. Ella se sentó en la cama y yo le pasé un buzo.

- Estás congelada.
-Sonrió.- Gracias.

Pau se puso su buzo y yo me senté frente a ella.

- ¿Por qué sentís eso? –Pregunté tomando su mano.-
- No sé…
- ¿A vos te dan vergüenza cosas que hiciste?
- ¿Tanto me conoces ya? –Rio.-
- No tenes que sentirte así.
- Tengo miedo de que nunca pueda sentirse orgulloso de su mamá.
- Ese bebé te ama.
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Te busca todo el tiempo.
- Es muy chiquito, no puede hacer más. –Dijo con lágrimas en los ojos.-
- Hey, hey. –Acaricié su mejilla.- No te enrosques.
- Es lo que me pasa. –Dijo ya quebrada.-

Yo suspiré y la abracé.

- Santi te ama más de lo que te imaginas.
- ¿Y si no le alcanzo? ¿Si no te alcanzo a vos?

Me separé un poco de ella y sequé sus lágrimas.

- Sos la mejor mujer de todas, para ser su mamá y para ser mi pareja.
- No sé.
- Sí mi amor. –La besé.- Sí.
- Me siento una tarada.

Yo volví a abrazarla y besé reiteradas veces su mejilla.

- Te amamos los dos, con locura.
- Yo los amo a ustedes.
- No te enrosques más, disfruta.
-Suspiró.- Abrazame.
- ¿Y qué estoy haciendo?
-Rio y nos abrazamos más fuerte.- Te amo.
- Te amo… -Besé su cuello y ella escondió su cara en mi hombro.-

-

Odiaba esa ciclotimia que tenía. Odiaba no poder contra mi cabeza.

Fui al baño a lavarme la cara y cuando volví me acomodé en la cama, Pedro posó a Santi sobre mi pecho y él inmediatamente posó sus manitos sobre mi piel.

Pedro se acomodó a nuestro lado, apoyó su cabeza en mi hombro y unimos nuestras manos sobre la espalda de nuestro hijo.

- Relajate, no pienses más…
- Me cuesta un poco.
- Por eso te lo digo. –Besó mi hombro.-
- Gracias por no mandarme a la mierda.
-Rio.- Te amo mucho como para hacerlo.
- ¿Pero soy un poco insoportable, o no? –Reí.-
- Se lo atribuimos al post-parto así no nos peleamos. –Reímos.-
- En serio, gracias.
- No me lo tenes que agradecer, quiero que estés bien, que disfrutes de esto.
- Te amo… -Susurré.-
- Te amo. –Nos besamos y en ese momento Santi se quejó.- Alguien quiere a su mamá solo para él.
-Reí y besé la cabeza de mi hijo.- ¿No me dejas repartirme? –Reímos.-

-

Al día siguiente, apagué la alarma rápido para no despertarlos, pero cuando me dí vuelta ya estaban despiertos. Santi estaba tomando la teta.

- Buen día. –Dije refregando mis ojos.-
- Buen día. –Me dijo Pau y me sonrió.-

Yo le dí un beso en brazo a Pau y otro en el pie a Santi.

- Veo que te despertaste mejor. –Le dije.-
- Me hace bien sentirlos cerquita.
-Acaricié su mejilla.- Siempre vamos a estar cerca. –Sonreímos.- ¿Qué tenes que hacer hoy?
- Mmm… Nada.
- ¿Pensas seguir durmiendo?
- No sé.
- Pregunto, porque puedo preparar el desayuno y venir para acá o no.
- No, dale. Veni y desayunamos juntos… El peque seguro siga, pero yo prefiero levantarme.
- Bueno, dale.

-

Cuando Santi no quiso más, le hice el provechito, lo cambié y lo hice dormir. Lo acomodé en el moisés y volví a la cama con Pedro.

- ¿A qué hora entras amor?
- En una hora… No te preocupes que llego.
- ¿Seguro?
- Sí.
-Sonreí.- Bueno, está bien. –Y mordí la tostada.-
-Posó su mano en mi pierna.- ¿Dormiste bien?
- Lo que dormí, sí… -Reí.- ¿Por?
- No sé, pregunto. Quiero que estés bien.
- Sos muy tierno…

Pedro se fue y yo aproveché para bañarme y hacer la cama mientra Santi dormía.
Aproveché que tenía un ratito libre y me puse a hacer algunas pulseritas ya que venía un finde largo y de alguna manera, pensábamos vender.
Lo escuché llorar, asique dejé las cosas a un lado y fui a buscarlo.

- Buen día hermoso. –Dije alzándolo.- Hola bebé. –Besé su frente y lo acomodé en mis brazos.- ¿Qué es ese llanto quejoso? –Pregunté haciéndole cosquillas.-

Le cambié el pañal y luego le dí de comer, lo dejé en la cama para ver que hacía y se quedó muy tranquilo allí.

Yo sonreí y le saqué una foto para mandársela a Pedro.

“Acá el peque me ayuda, jajaja”

“Las pulseritas que haga él salen el doble eh. Jajajaj”

“Jajajaj, sos un tarado.”

“Más respeto señorita.”

“Mmm… No sé eh.”

“¿Qué no sabes?”

“Me gusta faltarte el respeto.”

“Eso sonó un poco fuerte…”

“Jajajaja… ¿Me extrañas mucho?”

“Mucho, pero me la banco porque soy macho.”

“Jajajajaja, un pelotudo sos.”

“Gracias por tanto amor.”

“Me gusta molestarte.”

“Me dí cuenta… Lo que me gusta de esto es que te noto mucho mejor que anoche.”

“Perdón, de verdad.”

“No tenes que pedir perdón, mientras estés mejor no hace falta.”

“Me siento mejor.”

“Bueno, me alegro entonces.”


Me acosté al lado de Santi y nos saqué una selfie.

“Te amamos mucho.”

“Son tan lindos, los amo más.”

“No te molestamos más… Anda a trabajar.”

“Nunca molestan ustedes.”

“Tierno♥.”





-

Mañana último capítulo y el jueves el final ♥

4 comentarios: