Después de algunas horas…
“¿En dónde estás?”
“En una pensión, podemos encontrarnos en donde quieras.”
“¿Es muy necesario que nos veamos?”
“Sí Pedro…”
Me pasó la dirección de su casa y sentía mi cuerpo temblar de pies a cabeza y un poco más también.
“¿Puedo ir en un rato?”
“Sí, voy a estar en mi casa.”
Suspiré y salí de la pensión, no recordaba demasiado las calles pero, dentro de lo mal y nerviosa que estaba, llegué rápido.
Claro que cuando estuve delante de su puerta los nervios se multiplicaron.
- ¿Sos vos?
-Suspiré.- Sí. –Y sequé mis lágrimas.-
Pedro abrió la puerta y nos quedamos mirándonos algunos segundos.
- Hola. –Dije temerosa.-
- Hola. –Rascó su sien y caminó hacia dentro de su casa.- Pasa si queres.
Yo entré lentamente a su casa y cerré la puerta.
- ¿Cómo estás? –Preguntó.-
- No sé, necesito hablar con vos.
- ¿De qué?
- No es una boludes.
- Bueno, entonces habla.
- ¿Podemos sentarnos?
- Vamos a mi cuarto.
Pedro caminó en dirección a su cuarto y yo lo seguí, más inestable que nunca.
Nos sentamos en su cama, frente a frente. Yo crucé mis piernas y no podía creer lo que me temblaban las manos, tampoco lo que estaba llorando.
- No llores. –Tomó mi mano.-
- Ay, perdón.
- No tenes que pedir perdón.
- Yo sé que te hice mierda y quisiera no estar acá.
- ¿Me podes decir qué pasa?
Yo negué con mi cabeza y volví a desarmarme llorando.
- ¿Queres tomar un poco de agua? –Asentí.- Ahora te traigo.
Pedro se fue en busca de un vaso de agua y me lo ofreció.
- Gracias. –Dije agarrando el vaso y tomé un poco.-
Pedro quitó el vaso de mis manos y casi por impulso, nos abrazamos.
- No llores. –Besó mi mejilla.- No importa lo que pasó, no te haría nada malo.
- Perdón.
- ¿Por qué?
- Por todo y por estar acá ahora.
- No pidas perdón.
- Abrazame fuerte, por favor.
Él me abrazó más fuerte y yo me acurruqué en él.
- Tranquila. –Dijo acariciando mi espalda.-
- Me siento una boluda.
Se separó un poco de mí y secó mis lágrimas con sus dedos, luego tomó mis manos.
- ¿Lo que me tenes que contar te tiene así?
- Mmm… Creo.
- Contame, capaz te haga bien sacarlo afuera.
- No es algo fácil.
Suspiré profundamente y cerré mis ojos.
- Y no sé si es lo mejor que podría pasarnos.
- ¿Pasarnos?
Abrí mis ojos temerosa y no lo dilaté más.
- Estoy embarazada Pedro. –Le confesé.- Y es tuyo, porque no estoy con nadie desde antes de la última vez que nos vimos…
Y mi cuerpo temblaba como nunca en mi vida. No exagero.
Solté mis manos de las suyas y quise salir corriendo, pero él me frenó.
- No para Pau, para.
- Solo tenías que saberlo…
Y quise irme otra vez, pero Pedro tomó mi mano.
- Vení…
Hizo que me sentara otra vez en su cama y yo no podía dejar de llorar.
- Primero, tranquilizate un poco.
- No puedo Pedro, te juro que no puedo.
- ¿Vos estás segura?
- Me hice tres tests… Todos dieron igual. –Suspiré.-
- ¿Pero fuiste al médico?
- No, no me animo. –Sequé mis lágrimas.- Te juro que no sé qué hacer.
- ¿La última vez no nos cuidamos?
- No, fuimos unos calentones de mierda. –Dije con bronca.-
Pedro no dijo más nada y me abrazó.
- Tranquila, va a estar todo bien.
- ¿Cómo Pedro?
- No sé, pero tenes que confiar.
Dejé pasar algunos segundos en sus brazos y me separé de él.
- ¿Padres? ¿Nosotros? ¿Te das cuenta que es una locura?
Pedro tomó mis manos y las acarició con sus dedos.
- Sea una locura o no… Es.
- Me muero de miedo, como nunca en mi vida.
- ¿Vos queres tenerlo?
Cerré mis ojos y dejé caer varias lágrimas.
- Me muero de miedo.
- ¿De qué?
- De tenerlo.
Lo abracé por el cuello y me aferré a él. Pedro me abrazó la cintura y se largó a llorar conmigo.
- Perdón, pero no podía sola.
- No tenes que pedir perdón, no lo hiciste sola.
- Lo sé…
- Tranquila, no llores más.
- Vos tampoco.
- Va a estar todo bien. ¿Sabes?
Y nos abrazamos aún más fuerte.
- Nunca pude dejar de amarte. –Susurró en mi oído y yo cerré mis ojos con fuerza.-
- Yo tampoco.
Suspiré y se separó un poco de mí, me besó y luego unió nuestras manos, las cuales llevó a mi vientre.
- Es algo hermoso.
- No sé si voy a poder Pedro.
- ¿Cómo no vas a poder?
- Vivo cada vez peor, no tengo plata. No tengo nada.
- Yo no voy a dejarlos solos.
- ¿Te das cuenta que vivimos a 360 kilómetros?
- Puedo seguirlos hasta el fin del mundo.
- Para, ya estás flasheando una familia vos.
- ¿Está mal?
- No sé, no sé nada. Yo no quería esto para mi vida y me llena de culpa.
- ¿Estás segura que queres tenerlo?
- ¿Vos no?
- Te estoy preguntando a vos.
- Sí… ¿Vos?
-Sonrió.- También.
Volvimos a besarnos y a abrazarnos.
- Pero siento que me voy a morir de todo lo que me está pasando.
- Tranquila, de verdad que yo voy a estar.
- Te hice mucho mal.
- Eso ya pasó.
- Pero…
- Ya pasó. –Besó mi mejilla.- Ahora lo importante es que dejes de llorar.
- No sé si voy a poder.
-Rio.- ¿Cómo no vas a poder? Veni…
Hizo que me acostara en la cama y apoyara mi cabeza en sus piernas.
- Tranquila. –Besó mi mejilla y yo cerré mis ojos.-
-
Y sí, la mayoría lo supuso muy bien...
¡Diez últimos capítulos!
AAAAAAY QUE LINDOOOO, POR FIN ALGOO BUENO, ME ENCANTO
ResponderEliminar@BelnConti
Gracias ♥
EliminarUno más, por favorrrrrrr! Amo esta novela, amo. Genia Camiluchaaaaa
ResponderEliminarGracias ☺♥
EliminarLo mas este capitulo!! Que bueno sería que nos regale otro!!!
ResponderEliminarGracias (:
EliminarQue lindo capítulo
ResponderEliminarMato la ternura de Pepe.... Espero que puedan estar juntos
Gracias!!
EliminarQue lindo!!! ojala sirva para que los dos se pongan la pila jajjjaja
ResponderEliminarGracias☺
EliminarMe encanto este cap y pp es un bombón relleno de dulce de leche!! mimiroxb
ResponderEliminarGracias ♥
EliminarAy quiero un Pedro donde se compra? Genial la nove!
ResponderEliminarJaja, gracias!
Eliminar