sábado, 5 de marzo de 2016

Dieciséis.

“No seas así con vos…”

“¿Así cómo?”

“De negarte a las cosas lindas.”

“Sufrí mucho y no estoy dispuesta a que me pase otra vez.”

“¿Me ves muy malo?”

“No, no es eso… Te juro que el problema no sos vos.”

“¿Y cuál es el problema?”

“Que no me puedo sentir segura con ningún sentimiento, por mí… No confío en mí.”

“Es complicado que alguien confie en sí mismo.”

“No me enrosques… No me importa lo que le pasa al resto, me importa lo que me pasa a mí.”

“¿Y qué te pasa a vos?”

“Te quiero y odio quererte.”

“Querer debería ser lindo.”

“Pero no así… ¿Entendes que no sirvo para una relación?”

“¿No tuviste una relación?”

“Y así me fue…”

“No todos los hombres son iguales.”

“Son figurita repetida.”

“Te juro que no…”

“Perdón, pero no puedo Pedro.”

“No soporto la idea de no verte nunca más.”

“Yo tampoco, pero sé que se va a pasar.”

“¿El amor se pasa?”

“¿Tanto como para llamarlo amor?”

“Yo creo que sí…”

“Me da miedo esa palabra.”

“¿Por qué no te dejas querer y cuidar?”

“Un amigo me dijo exactamente lo mismo…”

“Capaz deberías entregarte un poco más…”

“Bastante entregada estoy con la vida.”

“Con la vida, no con las personas.”

“Hago lo que me sale.”

“Animate Rastita.”

“No puedo, no insistas.”

“Quiero volver a verte.”

“Por ahora no…”

“¿Por ahora?”

“No sé, no me enrosques.”

“Vos estás enroscada con esas rastas.”

“Sos un tarado, me haces reír y no quiero.”

“Es lindo reírse.”

“No en medio de las lágrimas.”

“¿Estás llorando?”

“No importa eso…”

“¿Puedo llamarte?”

“No, te lo suplico.”

“No quiero que llores.”

“Y yo no quiero llorar, jaja.”

“No llores más.”

“Necesito que terminemos esta conversación.”

“Y yo necesito que no llores.”

“Cuando te olvide, capaz deje de llorar.”

“No quiero que me olvides.”

“Por favor Pedro…”

“¿Para qué son nuestras pulseritas?”

“No lo sé.”

“Soy capaz de tomarme el primer micro que salga para allá.”

“No, por favor no…”

“Quiero verte otra vez.”

“Ya te dije que ahora no.”

“¿Eso puede darme esperanzas?”

“No lo sé, no sé nada en este momento.”

“Te quiero… No lo olvides.”

“No sé muy bien qué decirte. Solo que no puedo.”

“Está bien, tampoco quiero hacerte peor insistiéndote…”

“Gracias.”

“Ojala algún día te des cuenta de que hay hombres que podemos amar de verdad, aunque ese hombre no sea yo.”

“Sos muy tierno.”

“Solo con las personas que quiero…”

“Me voy a ir a caminar por la playa porque necesito tranquilizarme y confieso que me gustaría que camines de mi mano, pero aún así no puedo.”

“¿Me prometes que cuando quieras hablar conmigo lo vas a hacer?”

“Está bien…”

“¿Me lo prometes?”

“Sí, te lo prometo.”

“Gracias.”

“A vos… Tenes mucha paciencia, jaja.”

“Solo con las personas que me importan.”

“Mucha ternura también.”

“También es solo con las personas que me importan.”

“Me cuesta creer que le importo a alguien.”

“Creelo porque sos hermosa, sobre todo por dentro.”

“¿Me conoces tanto como para decirme eso?”

“Lo leo en tu mirada… Además, creo que un poco te conocí. ¿O no?”

“Mmm… Sí, puede ser. Ahora me voy en serio…”

 “Está bien… Un beso Rastita linda.”

“Un beso…”


Dejé mi celular en la cama y sin pensarlo demasiado corrí hasta la playa.

Me dejé caer contra la arena, arrodillada allí… Tratando de que el frío que hacia apartara de mí la angustia. (Claro que en vano)






-
Ya veremos donde terminan estos dos. ¡Comenten por favor!

8 comentarios: